Reflexiones en tiempo  de pandemia

Ahora que ya tenemos un año de recorrido con esa vivencia de encontrarnos en tiempos pandémicos, dedico un momento de reflexión para parar y mirar atrás.

Lo primero que me sale es reconocer que tengo un fuerte PRIVILEGI y que debo agradecer a la vida para darme este espacio, pero al mismo tiempo también me sirve para reflexionar sobre que los privilegios no se eligen pero están ahí y quiero ser fuertemente consciente de esto.

Esto significa que bajo mi condición de ser una mujer blanca y heteronormativa, con un trabajo de autoempleo y una red de apoyo familiar y de compañeras de vida he tenido el privilegio de poder valorar aún más todo lo que tengo en ese tiempo. Sin esconder que la pandemia y el hecho de que todo estuviera en casa siendo madre de dos criaturas no ha sido ni está siendo fácil. Pero tengo muchos privilegios que hasta ahora no los destacaba tan fuertemente y que ahora con todos los impactos que hemos visto de la pandemia y qué vidas están reconocidas y cuáles no, me hacen ver y reforzar aún más esta mirada crítica hacia fuera, pero también cabe adentro con el reconocimiento de que no todo el mundo tiene acceso a estos privilegios y que esto se debe LLAMAR muy fuerte como desigualdad social que vivimos.

Parafraseando a Angela Davis “no quiero aceptar lo que no puedo cambiar, sino que quiero cambiar lo que no puedo aceptar”; y es por eso que estas reflexiones me dan más fuerza todavía para llamar fuertemente al mundo que NO podemos seguir normalizando las INJUSTICIAS que vivimos cada día a nuestro alrededor.

He aprendido que juntas somos más fuertes, que las redes de solidaridad y apoyo dan un poco de aire y de alas para continuar el camino hacia un mundo más digno. Y que estas no todas tenemos el privilegio de tener y NO podemos NORMALIZAR que unas vidas tengan más valor que las otras por encontrarse en situaciones privilegiadas socialmente. Debemos APRENDER a dar un paso atrás para ESCUCHAR activamente a quien no le dejan ser escuchado, y aprender conjuntamente a cómo construir espacios donde esto no ocurra. PRACTICAR reflexiones críticas y constructivas que nos ayuden a avanzar hacia nuevos espacios de convivencia. En este mundo TODAS somos interdependientes y TODAS LAS VIDAS deben ser dignas de ser vividas.

Gracias a la vida, y también gracias a todas las compañeras de viaje con las que tengo el gusto de encontrarme haciéndome reflexionar cada día, y aprender a ESCUCHAR más y saber RECONOCER mis privilegios SIN OLVIDAR nunca la necesidad de continuar REIVINDICANDO todo lo que no quiero/podemos aceptar.

Eli Rius – Socia de NUS Cooperativa